Como el viento...

Ayer , cuando salí de la ofi rumbo a la tienda de Running Company para el entrenamiento, iba sin ganas.

Pero sin ganas nivel me-escabullo-y-me-voy-a-casa-ya.

Me dolía el estómago, estaba cansada, el costillo esta de vacaciones y estaba solito y abandonado en casa...

Excusas, excusas everywhere.

PEEEERO conseguí sacar fuerza y no ser baja en el entrenamiento dos semanas seguidas.

Menos mal.

Precisamente andaba yo en estas semanas quejándome de que no avanzo, que sigo haciendo los mismos tiempos y corriendo un máximo de 7-8k en los entrenamientos, como antes de la San Silvestre. 

Y aquí está, una vez más, el universo para darme una patada en el culo demostrarme que me equivoco.

Ayer tocaba progresión. Es decir, empezar lento, acabar rápido. El recorrido consistió en salir desde la tienda, subir al retiro, dar la vuelta por la valla, recorrer el paseo de coches, desandarlo y volver por la valla hasta la puerta principal del Retiro (que es la de las estatuas, la que da a Alfonso XII, aunque muchos piensan que es la de la Puerta de Alcalá). Desde ahí teníamos que volver a la tienda, pero ya en trote cochinero-caracolero. 

No veo el momento de estrenarlos!

Cogí ritmo y conversación interesante con mi compi mensajera favorita (que por cierto me ha regalado unos calcetines de morirse de lo bonitos que son) y fuimos con ritmo cómodo hasta la puerta de Alcalá. Ahí empezamos a apretar un pelín, con cuidadito porque de lo que trataba el ejercicio era de ir poco a poco acelerando, no acelerando y luego volviendo a bajar la marcha cuando nos cansáramos. 

Yo seguía bastante bien, así que a mitad del paseo de coches, abandoné a mi mensajera y tiré un poco más rápido, y ya fui sola hasta casi el final, donde me la volví a encontrar (es que ella se dió la vuelta un poco antes que yo). 

Casi al final del paseo de coches metí un tercer acelerón, aprovechando que el camino hacía una ligera bajada, y al llegar a la puerta de Alcalá me empezó a pasar factura, sobre todo por una cuesta que había justo antes de llegar a la "meta", y de la que no me acordaba. Ahí tuve que empezar a frenar, y llegué a las estatuas ya en trote cochinero y un pelín asustada, para qué mentiros, amigas. Boqueaba como los peces fuera del agua. Pero me forcé a no parar, sólo a bajar mi ritmo modo "me adelanta gente andando" y trota que te trota, fui recuperando, y para cuando llegué a la tienda ya iba bien. Menos mal. 

Nuestra "meta" de ayer, la entrada al Retiro

Después del ejercicio progresivo, seguimos con ejercicios de fuerza en la tienda y hala! Para casa.

Y hoy, se me ha ocurrido preguntar qué tiempos y qué distancias hicimos ayer.

Y resulta que mi compi mensajera (que salió y llegó a la vez que yo) hizo 6k en 45 minutos. Y me dice que más o menos hizo unos 400m menos que yo.

Cómo?

Yo? 6,4k en 45 minutos?

Yo, que me quejaba que en el último entrenamiento que hice con Burgue por el Bronx volví a repetir mi "marca" de 48min en los 5k como en la carrera de Reyes del 4 de enero?

TOOOOMA!

MMP! 

Es la última vez que salgo sin el runtastic ese! Que ahora me quedo sin saber los tiempos reales y las velocidades, jooooooo!

Pero aún así, estoy que doy saltos. La verdad, me encontré muy bien durante casi toda la "carrera", sólo me falló el resuello en esos últimos metros, y una vez bajé la velocidad, no me costó mucho recuperar un ritmo de respiración cómodo. Una noche redonda, vaya.

Y ya no vuelvo a correr hasta el lunes que viene, jooooooo! Hoy hago lo que llaman "descanso activo", es decir, me voy a andar a ritmo rápido con mi hermano y Nuke (el perro más guapo del mundo mundial). 

Y mañana toca hacer la maleta!!!!! 

Qué nervios amigas! París está a la vuelta de la esquina!